Me llamo Eleonora, aunque todos me llaman Eleo, estoy en la treintena, trabajo, estoy casada de corazón hace seis años y legalmente hace 6 meses. Tengo un hijo de dos años y otro en camino. Me gusta la repostería, leer, la jardinería y el desorden controlado.
Aunque no lo crean, y ustedes hayan tardado menos de un minuto en leer hasta aquí, puesto que mi hijo está aprendiendo a ir al baño, a mi me llevó quince minutos más o menos escribirlo. Un simple ejemplo de las cosas que se escapan de mi control en mi maternidad.
En fin, soy una de esas millones de mujeres que intentan compaginar todos sus “títulos” para llevar una vida llena de felicidad y satisfacción. Cuestión que a veces es difícil de conseguir, y justamente por ello estoy hoy aquí escribiendo.
Mi Maternidad...
Cuando me quedé embarazada de mi primer hijo, supongo que como todas, me imaginé, muy ilusa de mí, siendo de esas madres de película que a pesar de hacer malabares y algún que otro inconveniente logran hacer que el día salga perfecto.
Cumplen con sus tareas como madres, como esposas, como trabajadoras y como mujeres. Nada más lejos de la realidad.
Mi vida es una montaña rusa de emociones y estados de ánimo. En un mismo día puedo llegar a experimentar todo el abanico de sentimientos.
Últimamente he intentado bajarme de este carrusel vertiginoso y descubrir cuál es la causa de tantos altibajos.
Tarde bastante pero llegue a la conclusión, supongo que como muchas, de que hoy en día la imagen de “mujer realizada” nos exige niveles inalcanzables, y aunque nosotras seamos conscientes de que son inalcanzables no podemos dejar de intentar cumplir con todas esas expectativas, que nosotras mismas nos imponemos.
Para llegar a ese ideal de mujer de película, y no me refiero a la de Nicole Kidman en “Mujeres perfectas” (The Stepford Wives), sino más bien esa que es un desastre pero que al final de la película consigue que todo termine en su lugar.
He de reconocer que la mayoría de los días me voy a dormir sabiendo que no he hecho ni la mitad de todo lo que tenía en mi lista de “Para hacer hoy” por suerte con el tiempo he aprendido a que no me quite el sueño, aunque he cambiado el contar ovejitas por el enumerar tareas para hacer mañana. Eso sí, duermo como lirón.
¿Qué encontrarás en mi Blog?
Desde esta ventana al mundo les iré contando cómo se transformó mi vida desde que soy madre y hablaré de esos temas comprometidos, de la maternidad, que como mujeres y madres a veces nos es difícil admitir.
Si esperas post perfectos, como sacados de revista, dudo que este sea el blog que quieres leer, pero si quieres descubrir que no eres la única en volverse loca de vez en cuando, cometer mil errores y preguntarte por lo menos una vez a la semana si lo estas haciendo bien con tus hijos.
Puede que aquí encuentres un refugio para tu maternidad donde sentirte comprendida.
Lo reconozco, no soy una “Super Mamá” ni una “Super Mujer” pero soy mi mejor versión de mi misma ¡Y eso me alcanza para ser feliz!